Las Comunidades de Propietarios requieren a los Administradores de Fincas que lleven a cabo una gestión eficaz y eficiente de sus instalaciones, en particular de los suministros energéticos contratados (electricidad, gasóleo, gas natural, etc.). En ocasiones, esta labor es realizada directamente por las propias Comunidades.
No obstante, las Comunidades y los Administradores no son, en general, especialistas en el sector de la energía y, por lo tanto, se encuentran limitados a la hora de reducir los costes y mejorar la gestión energética de sus instalaciones. Su ámbito de actuación se restringe habitualmente a la re-negociación de las tarifas con la comercializadora eléctrica y/o la empresa suministradora de combustible para la calefacción y el agua caliente, intentando obtener el precio más ventajoso posible, pero dejando a un lado medidas adicionales que podrían suponer un ahorro muy superior.